Cuando empecé, lo único que quería era sentirme mejor conmigo misma. No me reconocía ni por fuera ni por dentro.

Con Alicia no solo he perdido peso, sino que he ganado salud, energía y, sobre todo, autoestima.

Me ha enseñado a cuidarme sin presionarme, a entender mi cuerpo y a respetar mis tiempos.

Hoy me siento más fuerte, más libre y mucho más feliz. Si estás dudando, te animo a dar el paso. Yo también lo hice, y fue lo mejor que pude hacer por mí.

Siempre he sido de las que dicen: a mí no me gusta hacer deporte.

Pero con Alicia es diferente. Me lo hace fácil, sin presión, y siempre con una sonrisa.

No solo he notado el cambio físico, también me siento con más energía y con ganas de seguir.

Entrenar con ella no es un castigo, es un regalo que me hago a mí misma.

Siempre me ha dado vergüenza ir al gimnasio, sentirme observada o fuera de lugar.

Trabajo en sanidad y sé lo importante que es cuidarse, pero necesitaba a alguien que me entendiera de verdad.

Con Alicia me siento cómoda, respetada y en confianza desde el primer día.

Entrenar con ella ha sido una de las mejores decisiones que he tomado, tanto para mi cuerpo como para mi mente.

Cuando empecé con Alicia apenas podía agacharme sin sentir dolor.

Tengo problemas de movilidad desde hace años, y pensé que ya no había solución para mí.

Pero Alicia me enseñó que nunca es tarde para mejorar.

Con paciencia, ejercicios adaptados y su cariño, hoy camino mejor, tengo más fuerza y me siento mucho más viva.

No es solo una entrenadora, es una mujer que te cuida de verdad.